Cuando decidimos vivir conforme a la voluntad de Dios, cada paso de obediencia se convierte en una inversión eterna.

Rendir nuestra vida a Cristo implica dejar atrás todo lo que nos separa de Él: la mentira, la soberbia, la envidia y el pecado. Es un llamado a santificarnos, procurar todo lo bueno, justo, honesto, pedir perdón, actuar con integridad y haciendo de la lectura de la Biblia una parte esencial de nuestra rutina espiritual pero al mismo tiempo una guía para la vida diaria.
No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Isaías 65:23
Leer este verso en Isaías 65:23 fue un flechazo instantáneo a mi corazón, por el hecho de “no trabajar en vano” porque creo que en oportunidades podemos cuestionarnos si estamos perdiendo nuestro tiempo invertido en algo. Y Dios de antemano nos recalca que nuestro tiempo y esfuerzo es valioso y será recompensado en su reino eterno.
🌱 El valor del esfuerzo y la intención
El profeta Isaías, hijo de amoz, es el autor de este libro del antiguo testamento, que nos recuerda en el capítulo 65 que nuestra labor bajo la guía de Dios no será inútil. Sembramos con esperanza, entrenamos con propósito, estudiamos con fe en el futuro. Todo esfuerzo honesto tiene un objetivo claro: bendecir nuestras vidas y las de quienes nos rodean.
Se trata de una inversión en el reino de los cielos, no es un gasto, es una inversión que te acerca a la eternidad.
🔁 El servicio como reflejo de nuestra fe
Como lo ilustra Mateo 25:31–46, servir a Dios es también servir al prójimo: alimentar al hambriento, visitar al enfermo, acoger al forastero. Lo que hacemos por los demás es lo que hacemos por Cristo. Esto nos prepara para recibir la recompensa eterna que Él promete. Servir a Dios se traduce en servir a tu prójimo, a tus vecinos, compañeros de trabajo, familiares, amigos, a tus conocidos y desconocidos de la misma forma en que lo harías con el Señor. No escatimes para hacer el bien, despójate de toda especie de mal, porque Dios defiende y sustenta a quienes andan en integridad.

🔔 Dios valora tu dedicación
Colosenses 3:23–24 nos insta a trabajar de corazón, como para el Señor. Tu esfuerzo, si nace desde la fe, la bondad y el amor, tendrá frutos eternos. La obra de tus manos será bendición no solo para ti, sino para tus hijos y las generaciones que vienen.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Colosenses 3:23-24 Reina-Valera 1960
La vida nueva en Cristo no es una carga, es una transformación que da propósito y recompensa. Si estás caminando con fe y obediencia, no temas: Dios te asegura que no trabajarás en vano. ¿Qué te inspira de este mensaje? Coméntalo y compártelo.
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